La isla de los tres objetos: Parte 3

Con las manos llenas de ampollas, Mariela estaba intentando hacer fuego. “Intentando” como palabra clave, porque no había saltado ni una chispa en todo el tiempo que llevaba frotando el palito contra el tronco.

-¡Agh! ¿Por qué es tan difícil, Mario? -preguntó exasperada, tirando el palito contra una roca-. No hay tanta humedad como para que no encienda, ¿no? ¿Estoy haciendo algo mal?

Miró el libro de Guerra y Paz que había tirado a su lado. Leyó una frase al azar: “En los asuntos indecisos, siempre sale victorioso el que es más tenaz” [1].

-Vaya, Mario, esta vez te ha ganado un libro a frases profundas que tienen razón -comentó divertida-. ¿Cómo se siente un coco como tú al ser vencido por la biblioteca? Jajaja bueno, no te lo tomes muy en serio, que era una broma.

Se levantó a por el palito y volvió a frotarlo contra la madera. Tan atenta estaba a su labor que no se dio cuenta de cuándo el cámara acercó el aparato hasta enfocar desde muy muy cerca. La acción casi invadía su espacio personal. Terriblemente agobiante, si hubiera estado pendiente claro.

Finalmente, salió algo de humo. Una chispa saltó. No paró por miedo a que se le apagara, y prendió la madera. Muy poco, eso sí.

-¡BIEN! ¡AL FIN! -Con un grito de júbilo, arrancó varias páginas del libro y las puso delicadamente para que se fueran encendiendo-. Vamos vamos vamos… Las cosas profundas son las que más encienden el espíritu, ¿verdad? Por favor, haz tu cometido y permíteme calentarlo también…

Llevaba varios días durmiendo en la entrada de la cueva. Fuera había demasiada humedad, y dentro hacía demasiado frío. Pero esta noche marcaba el principio de una nueva era:

-¡LA ERA DEL FUEGO HA LLEGADO! -gritó levantándose a por otro trozo de madera seca-. ¡Au!

No obstante, se dio contra la cámara, que se había acercado demasiado para enfocar hasta la última arruga de su expresión. Así, los dueños de televisores UHD 4K podrían disfrutar de su sufrimiento con la mejor experiencia posible, por supuesto.

La mirada que le echó al cámara fue asesina, pero luego se acobardó y continuó con su tarea. Dormir calentita era más importante que lidiar con el zombie adicto al trabajo que vivía con ella.


[1] Mejores frases de Guerra y Paz



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